Las primeras muestras de localismo en el surf se dieron en Malibú, en la época dorada de Mickey Dora. Para mucha gente, el verdadero creador de la actitud local respecto de una playa o de un pico fue este carismático e incomprendido surfer. Acostumbrado a surfear solo o en compañía de unos pocos, Dora no encajó bien la creciente popularidad del surf y el incremento de practicantes en su playa. Este hecho, combinado con la dudosa salud mental del gran Dora, degeneró en una actitud agresiva para con los principiantes o los surfers venidos de fuera. Dora popularizó una maniobra que consistía en lanzar su tabla contra los surfers que remontaban la famosa rompiente californiana.
El hecho de que un icono como Dora se erigiera en estandarte del localismo, hizo que automáticamente muchos le siguieran en legión. El fenómeno se extendió y poco a poco fue calando hondo. Los surfers locales se sentían con más derecho sobre el pico que los venidos de fuera. Ser local se convirtió en una etiqueta que implicaba respeto sin necesidad de haberlo ganado de antemano. Cuando eras local, eras intocable, aunque tu surf fuera el de una foca reumática. Evidentemente, para explicar una situación tan injusta, el localismo tuvo que teñirse con una intención bienintencionada: la protección de las olas.
Lo triste es que esta situación a llegado a las playas de ferrolterra y el mayor ejemplo de esto es la playa de Doniños en la que si no te conoce ningún "local" lo mejor que puedes hacer es irte y buscar otra playa en la que surfear. En esta "alegre, feliz y acogedora" playa se dieron casos en los que los locales mientras un chico, que no era local y que nunca lo habían visto por alli, estaba en el agua cogiendo "sus" olas le destrozaron la furgoneta y cuando el chico salió del agua le destrozaron la tabla. Y no son solamente problemas con una persona, los de Doniños tienen problemas y se lleban mal con la mayoría de las personas de las playas de Galicia, incluso con las demás playas de Ferrol.
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